Los primeros mil quinientos días del bebé comprenden el periodo desde el embarazo hasta los tres años y medio de vida, donde se establecen y programan procesos de salud-enfermedad donde la nutrición y la microbiota tienen un papel fundamental. Las prácticas de alimentación varían acorde a características socioculturales regionales.
Una correcta alimentación durante el embarazo es crucial, ya que nos proporciona las bases de una adecuada condición nutricional, inmunológica e intelectual acompañarán al niño hasta la adultez. Así como en muchos casos, ayudará a prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, alergias, entre otras.
Tras el nacimiento y a través de la leche materna se transmiten los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse. Además de contribuir al fortalecimiento de su tracto respiratorio superior, su sistema inmunológico y su sistema gastrointestinal, previniendo también infecciones.
No es entonces sorpresa que la OMS (Organización Mundial de la Salud), junto a otras organizaciones enfocadas en pediatría, recomienden la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé. Periodo después del cual aconsejan mantenerla junto con la alimentación complementaria que iniciará en esa etapa, en la cual se pasará a ofrecer alimentos sólidos.
En esta etapa, además, se crean hábitos alimenticios que marcarán una diferencia durante su crecimiento, siendo indispensable que tu bebé realice cinco comidas al día. Se recomienda que en esta etapa reciba alimentos variados donde se incluyan macronutrientes como: carbohidratos, proteínas de origen animal / vegetal y grasas saludables, además de micronutrientes.
Es fundamental seguir la guía de tu Pediatra sobre la introducción de alimentos para que lo realices de la manera apropiada y con recomendaciones actualizadas que hagan de esta etapa una experiencia agradable tanto para el cuidador como para el bebé, previniendo déficits y evitando a futuro trastornos en la alimentación.